JOARILLA tiene nuevas mascotas
Ni la Pixar, ni la Disney, ni DreamWorks; la película que romperá esta Navidad las taquillas de los cines no saldrá de los estudios de animación estadounidenses, saldrá de Joarilla de las Matas.
Santiago García con las nuevas mascotas de Joarilla FOTO: LA CRÓNICA |
Y es que esta población ha servido de escenario para una de esas historias entrañables en las que no pueden faltar animalejos en apuros, niños voluntariosos, hombres buenos, otros hombres malvados, un arranque lacrimógeno y un final... muy feliz.
Primera escena. Un parque infantil recién remodelado por el que pasa un arroyo; el antiguo presidente de la Junta Vecinal de Joarilla, Marcos Bajo, considera que el entorno está un poco desangelado y se hace con una pareja de patos para alegrar la vista al personal. El ambiente resulta ideal para los recién llegados que, a las pocas semanas, acaban por traer al mundo 15 hermosos huevos.
Primera escena. Un parque infantil recién remodelado por el que pasa un arroyo; el antiguo presidente de la Junta Vecinal de Joarilla, Marcos Bajo, considera que el entorno está un poco desangelado y se hace con una pareja de patos para alegrar la vista al personal. El ambiente resulta ideal para los recién llegados que, a las pocas semanas, acaban por traer al mundo 15 hermosos huevos.
La segunda escena aporta el punto dramático; una mañana, la pareja de palmípedas desaparecía de su arroyo natal dejando tras de sí unas sospechosas manchas de sangre. “Suponemos que alguien los mató pero no encontramos los cuerpos”, comenta el alcalde de Joarilla, Santiago García.
La cuestión que se plantea para la tercera escena de la ‘peli’, y tras el brutal aniquilamiento de la pareja de patos, es qué hacer con la prole de no nacidos, “así que decidimos incubar los huevos ‘huérfanos’. Dimos con una incubadora en Mansilla de las Mulas y hasta allí se fueron”.
Días después salían del cascarón cinco hermosos patitos (tres hembras y dos machos) que, gracias a los mimos del propio alcalde y otros jóvenes voluntariosos de la localidad, acabaron haciéndose adultos sirviendo sin querer como mascotas oficiales del pueblo.
El desenlace no podría ser mejor: “aquí les hemos hecho una caseta para que se resguarden por la noche; no les falta pienso y son muy amigables, comen casi de la mano”, asegura el regidor mientras pellizca un trozo de pan que los cinco lustrosos patos devoran sin contemplaciones. El pueblo en pleno se vuelca ahora con los cuidados de sus nuevos vecinos, ahora con un centenar de padrinos.FUENTE: LA CRÓNICA DE LEÓN
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