Joaquín "El charambitero" de CEA
FUENTE: Joaquín “El charambitero”, por Luis Ángel Díez Lazo en La Tapia del Tapiero
Joaquín Llamas, el charambitero, que se dedica a tocar la dulzaina a tiempo parcial, vuelve a ser hijo adoptivo de la villa de Cea (Civitas Magna) durante los dos días que dura la celebración de Las Candelas.
Al llegar febrero “cual vuelve la cigüeña al campanario” el dulzainero llega al pueblo para perforar el aire frio con el sonido de su charambita y acompañar a los vecinos en cada celebración.
Acompaña en bailes y alboradas, en oficios religiosos y verbenas paganas hasta que el cuerpo aguante.
Una vez, tomando “La parva de orujo” número mil en la casa de algún quinto, el día de la fiesta mayor, me dijo mostrándome la copita: Desengáñate compañero, lo malo de este oficio es que, en llegando a estas edades, uno tiene que seguir soplando.
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Joaquín Llamas, el charambitero, que se dedica a tocar la dulzaina a tiempo parcial, vuelve a ser hijo adoptivo de la villa de Cea (Civitas Magna) durante los dos días que dura la celebración de Las Candelas.
Al llegar febrero “cual vuelve la cigüeña al campanario” el dulzainero llega al pueblo para perforar el aire frio con el sonido de su charambita y acompañar a los vecinos en cada celebración.
Acompaña en bailes y alboradas, en oficios religiosos y verbenas paganas hasta que el cuerpo aguante.
Una vez, tomando “La parva de orujo” número mil en la casa de algún quinto, el día de la fiesta mayor, me dijo mostrándome la copita: Desengáñate compañero, lo malo de este oficio es que, en llegando a estas edades, uno tiene que seguir soplando.
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