Rita, la cabra de Bercianos, es la nueva mascota del Camino de Santiago

Una cabra adoptada por la propietaria del albergue es el nuevo reclamo con el que todos los peregrinos quieren fotografiarse

Ni tortugas de Florida, ni pitones africanas, ni perros chinos crestados, ni hámsters rusos; la mascota de moda en el Camino de Santiago es cazurra de pura cepa y viene curtida ‘de serie’ para aguantar los rigores del invierno y las solanas del verano. Hay quien la imagina, muy a pesar de la rumiante, curada y en raspas finas junto a un chato fresco de Prieto Picudo, pero Rosa Fures, una catalana afincada en Bercianos del Real Camino, ha preferido calzarla un arnés y pasearla toda chula por las calles del pueblo. Rita, como así se llama la chiva-mascota, es un joven ejemplar de dos semanas que apunto estuvo de perecer. 

“La historia fue de churro. Me la ofrecieron porque la madre murió en el parto (tuvo tres cabritos) así que, o se criaba a biberón o se moría. Acepté y me la quedé”, comenta Fures, una apasionada de los animales que regenta un pequeño albergue para peregrinos jacobeos en Bercianos del Real Camino, donde ahora vive la cabra Rita.

Aunque la pequeña Rita empezó a salir de casa este lunes, ya tiene una legión de admiradores: “La gente que la ha visto alucina y todos los peregrinos que llegan al albergue se quieren hacer fotos con ella, me preguntan si pueden darle el biberón… ya toma cuatro al día, cómo traga...”.

Gracias a los cuidados de Rosa, Rita está desarrollándose a pasos agigantados y ya apunta maneras. “Se sube a todos los sitios, es una exageración, lo lleva en la sangre. El pasado lunes fue su primera salida a la calle y se portó muy bien, es muy dócil y amigable”. Así, de confirmarse las bondades de las cabritillas como animales de compañía, tal vez el famélico sector ganadero leonés consiga aquí diversificar el destino de la cabaña caprina y vender cabezas a excéntricos millonarios ‘del pelo’ de George Clooney, que tenía de mascota un cerdo vietnamita y acabó por ponerse de moda.

Fuente: La Crónica de León

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