La Cota de Quintana del Monte, espectacular paraje leonés
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| Foto J-Jess |
Quintana del Monte quiere mostrar su cota
Tengo que decir, que quizás no sea yo la persona más adecuada, puesto que no dispongo de datos técnicos, como por ejemplo, cual es su extensión.
A cambio, prometo poner todo mi corazón...
La Cota de Quintana no es excesivamente extensa, pero sí un paraje espectacular en cualquier época del año, aunque luce su mayor esplendor, como es lógico, en primavera-verano.
Desde el pueblo se accede a ella por la era, sin ninguna dificultad. ¡Y ahí están sus robles centenarios!, que con sus majestuosas ramas, parecen darte la bienvenida.
Para adentrarte en sus entrañas tiene unos cuantos caminos, pero puedes acceder por donde quieras, puesto que es un terreno limpio de matorral, por lo menos al principio.
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| Foto: Quintana |
Los caminos desde el pueblo, tomando de referencia el cementerio, son: de frente, el de Fuenterradilla, que como su nombre indica, nos lleva a un manantial, del que más tarde hablaré. También llamado el de Las Suertes, que hace una horquilla para formar otro llamado Pozolobo. Éste te puede llevar hasta Villamizar.
A la derecha, en el término llamado Campolaguna, porque como su propio nombre indica se forma una laguna, sale el camino Las Cárcavas, donde hace años tenían sus madrigueras los conejos. Y a la izquierda, hacia la carretera, el llamado Matagallos.
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| Manguitos de la cota, Foto: Vicky Buchanan |
Una excursión en primavera por La Cota resulta reconfortante para todos los sentidos, pero sobre todo, para el de la vista y el olfato. En Mayo te puedes encontrar con una de sus joyas, los Manguitos.
Son unas flores autóctonas, que las niñas de hace años, hoy muchas de ellas madres e incluso abuelas, se las llevaban a la Virgen. No menos apreciado es el Tomillo Blanco, sus Violetas o Los Zapatitos del niño Jesús, que junto con sus robles, hacen que el aire que respiras sea un bálsamo embriagador de bienestar.
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| Zapatillas del niño Jesús Foto: Mari Carmen Pinto V. |
Para alegrar el oído están los cánticos de los pájaros, pues crían en ella: grajos, relinchones, arrendajos, algún que otro jilguero y, seguramente, alguna otra especie que yo desconozco.
Si es un día de mucho calor, puedes sorprender algún lagarto tomando el sol, que al percatarse de tu presencia, "muy escarduces ellos", se apresurará a esconderse entre algún espino.
En el corazón de La Cota, se encuentra el ya mencionado Fuenterradilla, un manantial de agua fresca, con un alto contenido en hierro, que aún sin tener sed estás obligado a beber. Dicha fuente va dejando un reguero de color cobrizo, que va a desembocar a una poza, donde las ranas campan a sus anchas.
Fuenterradilla: Foto de Mari Carmen Pinto Valbuena
Poesía de Milagros Cerezal Caballero:
Fuenterradilla
En el corazón del monte
vigilada por su roble,
con aguas ferruginosas
Fuenterradilla se alza.
Un paisaje en la llanura
en La Cota de Quintana,
cubierta de un cielo azul
por hierbas engalanada.
Tiene una poza de oro
hecha con manos sagradas
de las gentes de aquel pueblo
que arriba está su morada.
Es el momento de sentarse un rato, a la sombra de su roble guardián, a disfrutar del paisaje que, con el azul del cielo por techo, la pradera verde a tus pies y ese aire puro y sano, te transmite una paz que sólo se ve alterada por el gorgojeo de los pájaros, y si tienes suerte por algún rebaño de ovejas.
Foto: Quintana
Si se me disculpa la vanidad, yo añadiría una maravilla más al mundo:
Así la Octava Maravilla del Mundo sería La Cota de Quintana del Monte.
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