EL PAYUELO Y PARAMO DEL REINO DE LEÓN en los siglos X y XI. Gran lección de Historia
Un trabajo de investigación de +Juan Carlos Pérez Copete
En el testamento de Ordoño II de 16 de abril del año 916, se dice:… Paiolo iacet inter Eslam et Ceiam…..Páramo iacet trans montes paiolo….
Villas del Payuelo y Páramo Bajo del Reino de León. Siglo X y XI. Un mapa elaborado por JUAN CARLOS PÉREZ COPETE pincha para AMPLIARLO |
El espacio comprendido
entre los ríos Esla y Cea, siempre fue un terreno para la agricultura y la ganadería,
explotado por los primeros pobladores provenientes del norte como los celtas y
vacceos, cuando llegaron los romanos, sus legiones se alimentaban con los
productos de estas tierras. De ahí viene su nombre de Payuelo y Páramo.
Con la invasión de los suevos, godos y visigodos, los diezmados
habitantes hispanos y romanos se
mezclaron con los invasores y así permanecieron durante tres siglos.
Con la invasión de los árabes, a partir del año 711, numerosos pobladores de
estas tierras se refugiaron en las montañas. D. Claudio Sánchez Albornoz (gran
conocedor de la historia medieval), afirma que este territorio estaba
totalmente deshabitado.
Iniciada la reconquista y recuperado el territorio comenzaron las repoblaciones, siendo Alfonso III de Asturias quien primero las comenzó. Continuaron los Reyes de León, con gentes venidas de distintos lugares, que se mezclaron con los que habían quedado y los musulmanes reconvertidos al cristianismo, como así lo podemos ver por el nombre de muchas villas y apellidos de sus gentes.
Iniciada la repoblación se fundaron numerosas villas nuevas, en principio reducidas a pequeños grupos de familiares dedicados principalmente a tareas de roturación de los montes (de aquí viene el dicho: cavar mata). Otras en cambio que ya estaban asentadas tuvieron gran influencia porque disponían de edificios construidos y pequeños cenobios.
Iniciada la repoblación se fundaron numerosas villas nuevas, en principio reducidas a pequeños grupos de familiares dedicados principalmente a tareas de roturación de los montes (de aquí viene el dicho: cavar mata). Otras en cambio que ya estaban asentadas tuvieron gran influencia porque disponían de edificios construidos y pequeños cenobios.
Eran
más los que se dedicaban a la ganadería (principalmente ovino), que a la
agricultura y así ocurrió hasta hace poco más de cien años que los montes
llegaban hasta las cercanías de los pueblos. Los aperos de labranza del campo y
para el cultivo de la vid, no diferían apenas de los que se utilizaron en
nuestros pueblos hasta el año 60 del pasado siglo.
En esta época también había mucho ganado:
bueyes, yeguas, caballos, mulos, asnos, vacas, ovejas, y gochos. El sistema de
intercambio para adquirir posesiones y bienes entre los habitantes era el
trueque, alternando el ganado con los cereales (trigo y centeno
principalmente).
En el siglo XI empieza el pago de bienes con moneda, el primer
documento donde aparece el dinero para adquirir un bien es de Villacentol
(Villacintor), en el año 1085, y muestra la venta de una heredad a cambio de un
veloz azor de caza que vale 100 sólidos de plata. A partir del siglo XII ya es
habitual la venta directa con dinero.
En el siglo X aparecen los primeros documentos escritos en los Monasterios referidos a cesiones, donaciones y ventas.
Según los documentos (aunque no hay duda de
que muchos son muy anteriores a estas fechas), podemos decir que los pueblos
nacieron:
Calzada (904), Galleguillos (913), Villamarco
(917), Banecidas (920), Matallana (923),
Mozos, Valdescapa y Sahelices del Rio (925), Cea (937), Valdavida (943), Santas
Martas (947), Villacintor, Bercianos y Castrotierra (950), Grajalejo (953),
Valdearcos (954), Villaselan (958), Villamoratiel (959), Castellanos (960),
Gordaliza (963), Santa Cristina (980), Reliegos (985), Villamuñio (1038),
Villamizar y Quintanas de Rueda (1046), Castroañe (1064), Bustillo (1066), Calzadilla (1070),
Joarilla (1071), El Burgo Ranero, Valdepolo y Villaceran (1074), Villeza
(1095), Sahagún (1083), Santa María del Monte(1098), Quintana del Monte y
Villaverde (1100), Saelices del Payuelo (1142), Villacalabuey, Almanza y
Villaverde de Arcayos (1144), Villamartin (1147), Vallecillo (1150), Mansilla (1181).
El primer documento donde
aparece el apellido de Payuelo para una villa es del año 971, bajo el reinado
de Ramiro III, la reina Doña Elvira dona al Monasterio de Sahagún las villas de
Fuentes del Payuelo y Donna Matre.
Con el paso de los años muchas
villas progresaron y desaparecieron,
otras siendo asimismo importantes también desaparecieron.
Llego a darse el caso de que esta
zona tan reducida, tenía muchas más villas que la Tierra de Campos, pero muchos
menos habitantes.
En este mapa he reflejado las que
aparecen en más documentos, existieron algunas más que se pueden localizar.
Entre las más importantes que desaparecieron
podemos situar a Fuentes del Payuelo, donde se asentaba el Monasterio de San
Julián (dependiente de la Abadía de Cea), de gran relevancia en la comarca y
sobre todo Quintanilla del Páramo, que aparece en cientos de documentos.
QUINTANILLA DEL PARAMO
Detrás de los montes del Payuelo, entre el
Esla y el Cea, hacia el año 750, ya existían numerosas villas con edificios y
pobladas por núcleos familiares pequeños que se dedicaban mas a la ganadería
que a la agricultura. Una de ellas fue Quintanilla del Páramo (Quintanellas del
Páramo), un lugar histórico ya desaparecido.
Primero y único que lleva el
apellido del Páramo, dando nombre
a la llanura comprendida entre el
Payuelo, el rió Cea y los Campus Gothorum (Tierra de Campos). Es sin duda la más importante y poblada.
En el Monasterio de Gradefes hay un fantástico documento del año 1140 que indica: la ubicación de Quintanilla del Páramo.
En el año 1130 el Emperador
Alfonso VII y su esposa Doña Berenguela hacen donación de Quintanilla a los futuros fundadores del
Monasterio de Gradefes: García Petri y a su mujer Teresa, como agradecimiento
por los numerosos y buenos servicios prestados.
“Un
caballero joven (de ánimo generoso y en batallas gran bracero), conocido por el
nombre de D. García Pérez, de noble estirpe y de gran inclinación al arte de
las armas y pelear en defensa de la verdadera fe en contra del Islam. En
recompensa por los muchos y buenos servicios prestados al Emperador de nuestro
joven Caballero; y por los méritos obtenidos en los combates contra los moros y por sus proezas y valor
extraordinario.”
….que est in alfoz de Villa Lili, inter Ezlam et Ceam, et iacet inter
Villam Munnio et Burgum Ranerium et Calzadellam et Villam Centol……
Según este documento Justiniano Rodríguez y
Julio González en 1942, la ubican erróneamente
y confunden con Quintanas de Rueda.
Waldo Merino se desplazo al lugar entre los pueblos que dice el
documento y hablo con los vecinos, pero no encontró resto alguno, lo mismo hizo
Justiniano Rodríguez y tampoco hallo vestigio alguno. Aurelio Calvo la sitúa
junto al Burgo Ranero.
El lugar exacto donde se situaba es junto al
camino Carbonero en el pago de Valcaliente, entre la actual Laguna Quintanilla
y el lugar llamado Vallejo de Quintanilla, en la raya entre Villamuñio,
Villacintor, Calzadilla, Castellanos y el Burgo Ranero.
Laguna Quintanilla
Foto reciente de la Laguna Quintanilla
Lugar donde se asentaba Quintanilla
Camino Carbonero
EL FUERO DE QUINTANILLA DEL PARAMO.
En 1173 recibe el fuero propio de manos de Doña Teresa, ya Abadesa del Monasterio de Gradefes. De esta forma Quintanilla se convierte para lo sucesivo en la granja del Monasterio.
En el nombre de la Santa Trinidad, que es venerada y adorada como una sola Divinidad. Así como en todo contrato, y principalmente en las donaciones y confirmaciones que proceden de mera liberalidad por parte de los príncipes , condes, obispos, canónigos, abades, religiosos, monjes o varones nobles exige la buena fe, como idóneo y adecuado a razón, que aquellas cosas que donan los príncipes y nobilísimos varones, los piadosísimos abades y monjes, incluso las mujeres, se afirmen y robustezcan mediante instrumentos auténticos, no sea que por la vetustez de los tiempos caigan en olvido; por ello yo, Teresa, por la gracia de Dios, abadesa de la Iglesia de Santa María de Gradefes, con todo mi convento hacemos esta carta de donación, confirmada por el cabildo, a vosotros los hombres de Quintanilla, y damos fuero a la misma villa; a saber, el Fuero de Sahagún:
1.- De cada casa habrá de darse cada año dos sueldos, uno en la Pascua y otro a mediados de agosto.
2.- De la casa de donde no salga humo se dará un solo sueldo.
3.- Si alguno hiriere a otro o, lo que aún es peor, lo matase, vaya el heridor a su casa y ante la puerta ofrezca fiador por el importe de cinco sueldos, si tuviese casa; y si el merino o el sayón no admitiese la fianza o por cualquier causa dentro de la casa del heridor le tratase con soberbia, y por ello el percusor le hiriera o matara, no pague por ello ninguna caloña, según el Fuero de Sahagún.
4.- El merino y el sayón desígnense en la villa por mano de la abadesa y del concejo.
5.- Estos fueros que aquí están escritos, y los otros que el abad de Sahagún tiene concertados con todo su concejo, y el concejo de Sahagún con su abad, yo, la abadesa Teresa, con todo nuestro convento os los damos y otorgamos a vosotros los hombres de Quintanilla, según el Fuero de Sahagún, para que, como se ha dicho, no puedan ser destruidos.
6.- En roboración de esta carta os imponemos perpetuamente en el mes de agosto una torta (o pan) de grano, mitad de trigo y mitad de centeno. Quien tuviera un par de bueyes dará una torta, y quien tuviera solo un buey, media.
7.- Todo el que morare en Quintanilla y tuviere allí casa pague el censo de Sahagún; cuanto tomare en los ejidos pertenézcale como heredad, para él y sus hijos, y llévelo como suyo donde quiera. Si no tuviere casa ni pagara el censo de Sahagún no lleve la heredad.
Yo, Teresa, por la gracia de Dios, abadesa de la Iglesia de Santa María de Gradefes, humilde sirviente, con todo nuestro convento roboramos y confirmamos para vosotros el concejo de Quintanilla esta carta que mandamos hacer. Y esta disposición nuestra sea siempre firme e invulnerable.
Si alguno quisiera infringirlo, primeramente sea excomulgado y condenado con Datán y Abiron, a quienes tragó vivos la tierra; pague también, además de cuanto dañó a este fuero, mil maravedíes a la potestad regia y al concejo. Hecha la carta el 18 de las calendas de septiembre, en la Era 1211. Reinando el rey Fernando de León con su mujer la reina Urraca, y en Galicia. El rey Alfonso, su sobrino, reinando con su esposa la reina Leonor en Sahagún y en Castilla, Extremadura y Toledo. Álvaro Rodríguez mayordomo. Fernando Rodríguez señor de las torres de León. Alférez Gutierre Gutiérrez. Nuño Meléndez señor de Aguilar. Juan obispo legionense. Gutierre abad de Sahagún. Tello Pérez y Martin García señores de Cea.
Si alguno quisiera infringirlo, primeramente sea excomulgado y condenado con Datán y Abiron, a quienes tragó vivos la tierra; pague también, además de cuanto dañó a este fuero, mil maravedíes a la potestad regia y al concejo. Hecha la carta el 18 de las calendas de septiembre, en la Era 1211. Reinando el rey Fernando de León con su mujer la reina Urraca, y en Galicia. El rey Alfonso, su sobrino, reinando con su esposa la reina Leonor en Sahagún y en Castilla, Extremadura y Toledo. Álvaro Rodríguez mayordomo. Fernando Rodríguez señor de las torres de León. Alférez Gutierre Gutiérrez. Nuño Meléndez señor de Aguilar. Juan obispo legionense. Gutierre abad de Sahagún. Tello Pérez y Martin García señores de Cea.
Froila Ramírez confirma. Pedro Diez confirma. Ruiz Fernández confirma.
Fernando Peláez de la Devesa confirma. Fernando Peláez de Calzadilla confirma. Domingo Miguélez confirma.
Guillermo lo hizo.
Fernando Peláez de la Devesa confirma. Fernando Peláez de Calzadilla confirma. Domingo Miguélez confirma.
Guillermo lo hizo.
Quintanilla, según documentos en el año 1463, mantenía aún nueve vecinos y sobre el año 1500 desapareció. Repartiendo la mayoría de sus territorios entre los pueblos vecinos.
En la actualidad solo queda en la memoria de los más viejos de la zona, porque en el lugar donde se asentaba no queda resto alguno de ella.
FUENTES:
Archivo Histórico Diocesano de la Catedral de León.
Colección Documental del Monasterio de Gradefes (Taurino Buron Castro).
Documentos del Monasterio de Sahagún (Romualdo Escalona).
Colección Diplomática del Monasterio de Sahagún (José Antonio Fernández Flórez).
Colección Documental del Monasterio de San Pedro de Eslonza (J.M. Ruiz Asencio).
Colección Documental de la Catedral de León (José María Fernández Catón).
Colección Documental del Monasterio de Otero de las Dueñas (J. A. Fernández Flórez/M. Herrero de la Puente).
Colección Documental del Monasterio de Villaverde Sandoval (Mauricio Herrero Jiménez).
Colección Documental del Monasterio de Trianos (Josefa de la Fuente Castro).
Villas Reales del Reino de León (José Ignacio González Ramos).
Los Fueros Leoneses (Justiniano Rodríguez Fernández).
Catastro del Marqués de la Ensenada.
Colección Documental del Monasterio de Gradefes (Taurino Buron Castro).
Documentos del Monasterio de Sahagún (Romualdo Escalona).
Colección Diplomática del Monasterio de Sahagún (José Antonio Fernández Flórez).
Colección Documental del Monasterio de San Pedro de Eslonza (J.M. Ruiz Asencio).
Colección Documental de la Catedral de León (José María Fernández Catón).
Colección Documental del Monasterio de Otero de las Dueñas (J. A. Fernández Flórez/M. Herrero de la Puente).
Colección Documental del Monasterio de Villaverde Sandoval (Mauricio Herrero Jiménez).
Colección Documental del Monasterio de Trianos (Josefa de la Fuente Castro).
Villas Reales del Reino de León (José Ignacio González Ramos).
Los Fueros Leoneses (Justiniano Rodríguez Fernández).
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